En Viena un total de 65 países con numerosos otros como observadores y gran cantidad de organizaciones civiles, el jueves 24 de junio y durante tres días, se alinearon frente a la amenaza del uso de las armas atómicas y se comprometieron a trabajar por su eliminación lo antes posible.
Esa es la síntesis de la primera conferencia del Tratado de Prohibición de Armas Nucleares (TPNW), que, con el rechazo de la OTAN y las nueve potencias atómicas, ha terminado el jueves pasado en la capital austríaca.
Previo a la conferencia del TPNW se realizaron otras jornadas como la ICAN Nuclear Ban Forum – Vienna Hub, la Conferencia sobre el Impacto Humanitario de las Armas Nucleares y la Aktionsbündnis Für Frieden Aktive Neutralität Und Gewaltfreiheit. Fue una semana de fiesta del desarme, de la colaboración y de buscar el entendimiento en vez de la confrontación.
En todos los casos, lo común era la condena de las amenazas nucleares, de la escalada de las tensiones bélicas y del aumento de las dinámicas de confrontación. La seguridad o es de todos y para todos o no funcionará si unos quieren imponer su visión a otros,
En clara referencia a la postura de Rusia por su invasión a Ucrania y a la de los EE. UU. que a través de la OTAN sigue tensando la cuerda en una dinámica por la que pretende seguir siendo el comandante en jefe mundial en un mundo que cambió. Ya hemos entrado en un mundo regionalizado donde nadie puede en solitario imponer su voluntad a los otros.
Respiramos un nuevo clima en las relaciones
Es muy destacable el clima, trato y consideración con el que se llevaron los debates, los intercambios y las tomas de decisiones en las jornadas del TPNW. Mucha consideración y mucho respeto por los puntos de vista de otros, aunque fueran contrarios a los propios, con paradas técnicas para buscar acuerdos y similares. En general el presidente de la conferencia, el austríaco Alexander Kmentt, hizo una buena función al navegar y resolver las no pocas diferencias y percepciones diversas, consiguiendo que finalmente, con mucho tacto, se llevaran a buen puerto. Fue un ejercicio de destreza en encontrar acuerdos y una postura común. Por parte de los países había firmeza y a la vez flexibilidad frente a situaciones que se necesitaba sortear.
Observadores
La presencia de observadores y de numerosas organizaciones de la sociedad civil daba otro clima a las reuniones y los debates.
Destacar la presencia de observadores de Alemania, Belgica, Noruega, Holanda, Australia, Finlandia, Suiza, Suecia o Sudáfrica, entre otros muchos, lo que indica la atención que este nuevo ámbito esta generando en el mundo, en estos momentos tan complicados donde la confrontación la tenemos servida cada día.
Hay que destacar también que la presencia de organizaciones sociales civiles generaba un ámbito de distensión, familiaridad y conexión donde lo institucional no estaba reñido con lo cotidiano y el sentido común. Esta podría ser una de las características de la cumbre de Viena, “la cumbre del sentido común”.
Tenemos un Plan de Acción
Una de las características de la declaración final es que se adoptaba junto a un Plan de Acción con un objetivo final: la eliminación total de todas las armas nucleares.
Mientras estas armas existan, dada la creciente inestabilidad, los conflictos «exacerban en gran medida los riesgos de que estas armas se utilicen, ya sea deliberadamente o por accidente o error de cálculo», se advierte en el texto de la resolución conjunta.
Prohibir por completo las armas nucleares
El presidente Kmentt, subrayó el objetivo de “conseguir llegar a prohibir por completo todo arsenal de destrucción masiva”, afirmando que “es la única manera de tener la seguridad de que nunca será usado”.
Para ello se han planificado ya dos relevos presidenciales de la conferencia del TPNW el primero lo realiza Mexico y el siguiente Kazajstán. La próxima reunión del TPNW será presidida por Mexico en la sede de Naciones Unidas a finales de noviembre de 2023.,
El TPNW es un paso más al Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP), al que están adheridos muchos países. Se necesitaba salir del bloqueo y la inoperancia del TNP después de décadas en las que no ha servido para la eliminación, sino para ampliar los países y desarrollar más la sofisticación de las armas nucleares. El mismo presidente Kmentt, por su parte, resaltó que el nuevo tratado, que entró en vigor recién hace un año y medio, es un «complemento del TNP», pues no ha sido concebido como una alternativa al mismo.
En la declaración final, los países del TPNW reconocen al TNP «como la piedra angular del régimen de desarme y no proliferación», al tiempo que «deploran» las amenazas o acciones que puedan socavarlo.
Mas de 2000 participantes
Los números de los impulsores y participantes en la conferencia TPNW son: 65 estados miembros, 28 estados observadores, 10 organizaciones internacionales de N.U, 2 de Programas internacionales y 83 organizaciones no gubernamentales. Un total de más de mil personas entre las cuales Mundo Sin Guerras y sin Violencia participó como miembro del ECOSOC con representaciones de Alemania, Italia, España y Chile.
En total entre todos los asistentes en esos 6 días se superaron las 2 mil personas en los 4 eventos que se celebraron.
Creemos que se ha dado un paso muy importante en la dirección de un nuevo mundo, que seguro tendrá otros matices y protagonistas. Creemos que estos acuerdos ayudaran notablemente a su avance y concreción.
Rafael de la Rubia
3ª Marcha Mundial y Mundo Sin Guerras y Sin Violencia
Artículo original en: Pressenza international Press Agency