Arena di Pace 2024 (17-18 de mayo) retoma la experiencia de las Arenas de la Paz de los años ochenta y noventa y llega diez años después de la última (25 de abril de 2014). La iniciativa nace de la constatación de que el escenario mundial de una “tercera guerra mundial en pedazos”, del que habla a menudo el Papa Francisco, es concreto y dramático en sus consecuencias, tocando de cerca también a Italia, dado que hay conflictos en Europa y en la cuenca del Mediterráneo.
De ahí la urgente necesidad de preguntarnos sobre cómo entender la paz en el actual contexto mundial y sobre qué procesos invertir para construirla. Desde el principio, de hecho, Arena di Pace 2024 se concibió como un proceso abierto y participativo. Más de 200 realidades de la sociedad civil y asociaciones, algunas de las cuales forman parte de la coordinación 3MM Italia, se han adherido a las cinco mesas temáticas identificadas: 1) Paz y Desarme; 2) Ecología Integral; 3) Migraciones; 4) Trabajo, Economía y Finanzas; 5) Democracia y Derechos.
Las mesas corresponden a otras tantas áreas consideradas esenciales para lograr una comprensión más profunda y adecuada de lo que hay que hacer hoy para promover una paz justa y auténtica. El resultado de las mesas es fruto de la puesta en común de las distintas aportaciones surgidas en las áreas para tener una visión de conjunto, tal y como nos invita a hacer el Papa Francisco sobre el paradigma de la ecología integral, desde la que profundizar y lanzar iniciativas posteriores.
Conocemos al padre Alex Zanotelli desde hace años. Juntos asistimos a un acto en la Universidad Federico II de Nápoles durante la Segunda Marcha Mundial en noviembre de 2019. Él jugó el importante papel de mensajero.
Informamos de parte de su discurso frente al Papa y la audiencia de la Arena (10,000 personas). “…Es la primera vez que una Arena de la paz tiene como padrinos al obispo y al alcalde de Verona. Hemos acordado juntos que la Arena de la paz no puede ser un acontecimiento, sino un proceso que se celebrará cada dos años.
El objetivo fundamental es propiciar una amplia convergencia de las diversas realidades asociativas y populares para formar un gran movimiento popular capaz de sacudir nuestro gobierno y también el de la propia UE, prisioneros de un sistema económico-financiero-militarizado.
¿cómo podemos hablar de paz si hacemos la guerra a los pobres?
Soy un misionero comboniano que partió a África para convertirse. En efecto, ¿cómo podemos hablar de paz si hacemos la guerra a los pobres? En efecto, hoy vivimos en un sistema económico financiero que permite al 10% de la población mundial consumir el 90% de los bienes (los científicos nos dicen que si todo el mundo viviera a nuestro modo, necesitaríamos dos o tres Tierras más).
La mitad de la población mundial tiene que conformarse con el 1% de la riqueza, mientras 800 millones de personas pasan hambre. Y más de mil millones viven en chabolas. El Papa Francisco afirma en su encíclica Evangelii Gaudium: “Esta economía mata”. Pero este sistema solo se sostiene porque los ricos se arman hasta los dientes. Los datos del Sipri muestran que en 2023 los ricos del mundo gastaron 2440.000 millones de dólares en armas. Un país pequeño como Italia gastó 32.000 millones. Armas que sirven para defender nuestro lugar privilegiado en este mundo y para obtener lo que no tenemos.
¿Cómo hablar de paz en un mundo donde hay más de 50 conflictos activos?
¿Cómo hablar de paz en un mundo donde hay más de 50 conflictos activos? El camino del rearme en curso en Europa y en todo el mundo podría llevarnos al abismo de una tercera guerra mundial atómica y, por tanto, al “invierno nuclear”. Por eso el Papa Francisco afirma en la encíclica Fratelli Tutti que hoy “ya no puede haber una guerra justa”.
Una dolorosa consecuencia de este sistema nuestro de hoy son los emigrantes, más de 100 millones según la ONU; son los empobrecidos del mundo que llaman a la puerta de las naciones ricas. Pero Estados Unidos y Australia los rechazan.
Europa, con sus políticas racistas de “externalización” de sus fronteras, trata de mantenerlos lo más lejos posible de nosotros, pagando miles de millones a los gobiernos dictatoriales del norte de África y a Turquía, que ha recibido más de nueve mil millones de euros para mantener en campos de detención a al menos cuatro millones de afganos, iraquíes y sirios que huyen de las guerras emprendidas por Occidente.
La consecuencia más amarga de estas políticas criminales es que ¡100.000 migrantes están ahora enterrados en el Mediterráneo! Ante esta grave situación mundial que nos atenaza, la esperanza sólo puede surgir desde abajo.
Todos debemos tomar conciencia de la realidad, unirnos y crear poco a poco fuertes movimientos populares que sacudan a nuestros gobiernos, prisioneros de este sistema.
El trabajo realizado en las cinco mesas entre cientos de realidades populares y asociativas para preparar la Arena de la Paz debe reproducirse en todo el país para preparar el terreno a un gran movimiento popular.
Y nos vemos dentro de dos años en el “Arena por la Paz 2026″… cuando haya pasado la Tercera Marcha Mundial (ojalá… después de la experiencia de la segunda con Covid seguimos esperanzados pero conscientes de que todo puede ser) y se haya sembrado (quizá al principio) el camino hacia la cuarta edición.