Denuncia sobre la presencia de armas nucleares en Italia

Se presentó una querella ante la Fiscalía del Tribunal de Roma por armas nucleares el 2 de octubre de 2023

Por Alessandro Capuzzo

El 2 de octubre se remitió a la Fiscalía del Tribunal de Roma la denuncia firmada individualmente por 22 miembros de asociaciones pacifistas y antimilitaristas: Abbasso la guerra (Abajo la guerra), Donne e uomini contro la guerra (Mujeres y hombres contra la guerra), Associazione Papa Giovanni XXIII (Asociación Papa Juan XXIII), Centro di documentazione del Manifesto Pacifista Internazionale (Centro de documentación del Manifiesto Pacifista Internacional), Tavola della Pace Friuli Venezia Giulia (Mesa de la Paz Friuli Venecia Julia), Rete Diritti Accoglienza Solidarietà Internazionale (Red de Derechos Acogida Solidaridad Internacional), Pax Christi, Pressenza, WILPF, Centro sociale 28 maggio (Centro social 28 de mayo), Coordinamento No Triv (Coordinadora No Triv), y ciudadanos particulares.

Entre los denunciantes había profesores universitarios, abogados, médicos, ensayistas, voluntarios, educadores, amas de casa, pensionistas, Padres Combonianos. Algunos de ellos son muy conocidos, como Moni Ovadia y el padre Alex Zanotelli. El portavoz de los 22 es el abogado Ugo Giannangeli.

Los abogados Joachim Lau y Claudio Giangiacomo, de IALANA Italia, presentaron la denuncia en nombre de los demandantes.

La denuncia fue ilustrada por los promotores en una rueda de prensa celebrada, significativamente, frente a la base militar de Ghedi, donde fuentes autorizadas creen que hay artefactos nucleares.

Fotos de la rueda de prensa de presentación de la denuncia, frente a la base aérea nuclear de Ghedi

Se pide que investiguen la presencia de armas nucleares en italia y las posibles responsabilidades

La denuncia presentada el 2 de octubre de 2023, ante la Fiscalía del Tribunal de Roma pide a los magistrados instructores que investiguen, en primer lugar, para determinar la presencia de armas nucleares en territorio italiano y, en consecuencia, las posibles responsabilidades, también desde el punto de vista penal, por su importación y posesión.

En la denuncia se afirma que la presencia de armas nucleares en territorio italiano puede considerarse cierta aunque nunca haya sido admitida oficialmente por los distintos gobiernos que se han sucedido. Las fuentes son numerosas y van desde artículos periodísticos que nunca han sido desmentidos hasta autorizadas revistas científicas y actos políticos.

El informe distingue entre fuentes nacionales e internacionales.

Entre las primeras se encuentra la respuesta del ministro Mauro a una pregunta parlamentaria del 17 de febrero de 2014, respuesta que, al pretender legitimar la presencia de los dispositivos, reconoce implícitamente su existencia. Las fuentes también incluyen un documento del CASD (Centro de Altos Estudios de Defensa) y del CEMISS (Centro Militar de Estudios Estratégicos).

Las fuentes internacionales también son numerosas. Cabe destacar la investigación de Bellingcat (asociación de investigadores, académicos y periodistas de investigación) del 28 de mayo de 2021. Los resultados de esta investigación son paradójicos, ya que mientras los gobiernos europeos se obstinan en ocultar toda la información, el ejército estadounidense utiliza aplicaciones para almacenar la gran cantidad de datos necesarios para el almacenamiento de artillería. Ha ocurrido que los registros de estas aplicaciones han pasado a ser de dominio público debido a la negligencia de los militares estadounidenses en el uso de las mismas.

Sobre la base de las numerosas fuentes citadas, puede considerarse cierta la presencia de artefactos nucleares en Italia, concretamente unos 90 en las bases de Ghedi y Aviano.

La denuncia recuerda que Italia ratificó el Tratado de No Proliferación (TNP)

La denuncia recuerda que Italia ratificó el Tratado de No Proliferación (TNP) el 24 de abril de 1975, que se basa en el principio de que los Estados que poseen armas nucleares (denominados “países nucleares”) se comprometen a no transferir armas de esa naturaleza a los que no las poseen (denominados “países no nucleares”), mientras que estos últimos, incluida Italia, se comprometen a no recibir y/o adquirir el control directo o indirecto de armas nucleares (artículos I, II, III).

Italia, en cambio, no ha firmado ni ratificado el Tratado para la Prohibición de las Armas Nucleares aprobado el 7 de julio de 2017 por la Asamblea General de la ONU y que entró en vigor el 22 de enero de 2021. Incluso en ausencia de esta firma que calificaría explícita y automáticamente la posesión de armas nucleares como ilegal, la denuncia sostiene que la ilegalidad es cierta.

Interior de la base de Ghedi.
En el centro hay una bomba B61, arriba a la izquierda hay un MRCA Tornado, que paso a paso es sustituido por F35 A’s.

A continuación, hace un repaso analítico de las distintas leyes sobre armas (Ley 110/75; Ley 185/90; Ley 895/67; el TULPS Testo Unico delle leggi di pubblica sicurezza) y concluye afirmando que los dispositivos atómicos entran en la definición de “armas de guerra” (Ley 110/75) y de “materiales para armas” (Ley 185/90, art. 1).

Por último, la denuncia aborda la cuestión de la presencia o ausencia de licencias y/o autorizaciones de importación, dado que su presencia constatada en el territorio presupone necesariamente su paso por la frontera.

El silencio sobre la presencia de armas atómicas también afecta inevitablemente a la presencia o ausencia de autorizaciones de importación. Cualquier autorización, además, entraría en conflicto con el artículo 1 de la Ley 185/90, que establece: “La exportación, importación, tránsito, transferencia intracomunitaria e intermediación de material de armamento, así como la transferencia de las licencias de producción pertinentes y la deslocalización de la producción, deben ajustarse a la política exterior y de defensa de Italia. Tales operaciones están reguladas por el Estado de conformidad con los principios de la Constitución republicana, que repudia la guerra como medio de solución de controversias internacionales”.

La denuncia señala a la Fiscalía de Roma como el foro competente por la inevitable implicación del Gobierno italiano en la gestión de las armas nucleares.

La denuncia, apoyada por 12 anexos, está firmada por 22 activistas, pacifistas y antimilitaristas, algunos de los cuales ocupan altos cargos en asociaciones nacionales.

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